Hoy, mañana, quizás dentro de una
semana. De día o de noche, incluso durmiendo… hay que estar preparado. En el
bar de siempre o por esa calle que nunca pasas. El día que vienes corriendo
porque se te ha olvidado el paraguas o en el ascensor del cualquier edificio,
quién sabe…Por un saludo apresurado, un gesto amable o torpe, una sonrisa;
mejor una sonrisa torcida, no hace falta que sea perfecta. Los típicos
intercambios de miradas que no dicen nada, pero a la vez lo dicen todo.
Entonces empieza el desconcierto. ¿Pero eso existía? Algunos se declaran ateos
de este sentimiento, otros siguen investigando acerca de sus idas y venidas. Lo
clasifican para tenerlo controlado; los no correspondidos, los flechazos, los
que duran y permanecen; los que aparecen, se quedan un tiempo y luego se
esfuman, pero se mantienen en ese rincón del lado izquierdo. Olvidar. Eso dicen
los optimistas. Aquellos que disfrutan de esa sensación tan peculiar de locura,
no solo una, sino dos o más veces. ¿Y se puede evitar? Digamos que sí, pero
entonces no estaría hablando con alguien real, y quieras o no, lo necesitas para
vivir. Es inútil. No intentes buscar lo imposible. Solo te daré un consejo: aprende
a vivir con él…y buena suerte.
RoxSam
No hay comentarios:
Publicar un comentario