jueves, 22 de agosto de 2013

Qué difícil es controlar el lado izquierdo del pecho…

Hoy, mañana, quizás dentro de una semana. De día o de noche, incluso durmiendo… hay que estar preparado. En el bar de siempre o por esa calle que nunca pasas. El día que vienes corriendo porque se te ha olvidado el paraguas o en el ascensor del cualquier edificio, quién sabe…Por un saludo apresurado, un gesto amable o torpe, una sonrisa; mejor una sonrisa torcida, no hace falta que sea perfecta. Los típicos intercambios de miradas que no dicen nada, pero a la vez lo dicen todo. Entonces empieza el desconcierto. ¿Pero eso existía? Algunos se declaran ateos de este sentimiento, otros siguen investigando acerca de sus idas y venidas. Lo clasifican para tenerlo controlado; los no correspondidos, los flechazos, los que duran y permanecen; los que aparecen, se quedan un tiempo y luego se esfuman, pero se mantienen en ese rincón del lado izquierdo. Olvidar. Eso dicen los optimistas. Aquellos que disfrutan de esa sensación tan peculiar de locura, no solo una, sino dos o más veces. ¿Y se puede evitar? Digamos que sí, pero entonces no estaría hablando con alguien real, y quieras o no, lo necesitas para vivir. Es inútil. No intentes buscar lo imposible. Solo te daré un consejo: aprende a vivir con él…y buena suerte.


RoxSam

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